UN RECINTO EMBLEMÁTICO EN BARCELONA
UN PROYECTO PECULIAR DESDE SUS INICIOS
Un viaje que lo cambió todo
Los creadores del recinto visitaron más de 1.600 poblaciones antes de proyectar el recinto. El material que recopilaron y todo lo que vieron les llevó a modificar aspectos fundamentales del proyecto.
Miquel Utrillo, ingeniero, pintor y responsable del proyecto; Xavier Nogués, dibujante y pintor, y Francesc Folguera y Ramón Reventós, fueron los encargados de plantear un recinto en el que quedaran reflejados los elementos arquitectónicos más emblemáticos de la arquitectura popular española. La idea inicial era derribarlo al finalizar la Exposición Internacional, pero sus creadores acordaron que debía ser concebido como un proyecto perdurable, como acabó sucediendo.
Las obras de construcción se iniciaron el 19 de enero de 1928 y el Poble Espanyol se inauguró el 20 de mayo de 1929.
La exposición «Un viaje fotográfico. La construcción del Poble Espanyol», instalada en el interior del recinto, te permitirá conocer en profundidad el origen, la inspiración y la construcción del recinto. ¡No te la pierdas!
1929-1930
OCIO Y CULTURA CADA DÍA
Durante la Exposición Internacional, el Poble Espanyol tenía que dar sensación de alegría popular ininterrumpida. Por eso, se celebraron infinidad de actos culturales y lúdicos cada día: fiestas populares con bailes, danzas regionales, verbenas, concursos e incluso competiciones de equitación. Aquel "típico pueblo español" fue una de las principales atracciones de la Exposición Internacional. Fue tal su éxito que se decidió no derrumbarlo, como estaba previsto inicialmente.
1939-1950
LA GUERRA CIVIL Y LA PÉRDIDA DEL CARÁCTER FESTIVO
La vocación festiva y amable del Poble Espanyol se desvaneció con la irrupción de la Guerra Civil española (1936-1939).
En el que es el episodio más oscuro de la historia, la brutalidad bélica se convirtió en un campo de internamiento de prisioneros.
Pasada la Guerra, el Poble estuvo amenazado por la ruina. Fue entonces cuando el Ayuntamiento de Barcelona decidió distribuir el Museo de Industrias y Artes Populares en diferentes edificios, para evitar que fueran destruidos. Mientras tanto, el franquismo utilizaba el recinto para difundir mensajes violentamente anticatalanistas.
DE LOS 60 A LOS 90
UN INTENTO FALLIDO DE REVITALIZACIÓN Y LA LLEGADA DEL CAMBIO
Entre 1957 y 1973, el Ayuntamiento de Barcelona quiso relanzar el Poble y toda la montaña de Montjuïc. A pesar de las obras de rehabilitación y los actos que se organizaron, el recinto seguía sin funcionar.
En 1986 Cataluña acababa de recuperar la democracia y la autonomía. en este contexto, el Ayuntamiento de Barcelona decide potenciar el Poble Espanyol para convertirlo en «un centro de actividades culturales, de ocio, comerciales y potenciar su atractivo turístico y artesanal». Llegaba el momento de un cambio real que empezaba por la privatización de la gestión del recinto. Se llevó a cabo un proyecto para recuperar los edificios originales y crear un área de ocio, una de gastronomía y una de servicios, además de una importante oferta nocturna. Este relanzamiento se tradujo rápidamente en números: en 1987, 600.000 personas visitan el Poble y sólo dos años después la cifra aumenta hasta casi un millón. Pero a pesar de los buenos resultados a corto plazo, el Poble sigue acumulando importantes pérdidas.
EL RENACIMIENTO Y UNA NUEVA MIRADA HACIA EL FUTURO
Para dejar atrás definitivamente la crisis económica, un grupo de empresarios que supieron apreciar su potencial decidieron asumir en 1996 su gestión. Es entonces cuando el Poble empieza a remontar.
Se potencia el contenido arquitectónico, artesanal y artístico del recinto (en 2001 se instala la Fundación Fran Daurel, una importante colección privada de arte contemporáneo español) y se plantea una programación estable integrada por actividades culturales dirigidas tanto al público local como al turista. En 2016, además, el recinto se adapta todavía más a las exigencias del visitante y del momento y recurre a las últimas tecnologías para aumentar su contenido cultural.
En 2020 el recinto recibe un nuevo golpe, probablemente el más inesperado. La pandemia mundial causada por el Covid-19 obliga a cerrar las puertas del Poble durante 3 meses. Este tiempo sirvió para replantear los objetivos y el papel del Poble ante una nueva situación nunca antes vivida y de cara a una realidad absolutamente nueva, llena de incertidumbre pero a la vez, de ilusión. El 11 de junio de 2020 el recinto reabre sus puertas y se erige como uno de los equipamientos de Barcelona que más actividades ofrece al público local. Desde entonces, el Poble no ha dejado de trabajar y ha tomado un nuevo rumbo: dejar de dirigirse al público turista por un lado y al local, por otro, para ofrecer experiencias culturales y de ocio para todos los públicos en un recinto histórico, único en Barcelona.